Lo primero que llama la atención al conocer a Mónica Pacheco es su entusiasmo por su trabajo y el proceso de transformación de materias primas en envases de vidrio. Se le ilumina la cara cuando describe su trayectoria desde sus primeros días de estudiante en Colombia hasta sus prácticas en O-I Glass y su primer trabajo en O-I después de graduarse. Después pasó a ser Directora de Lotes y Hornos y, más tarde, al equipo regional de Ciencia del Vidrio. Con el tiempo dirigiría ese equipo.
Mónica fue esencial para incorporar plantas en México cuando O-I adquirió Vitro y ahora es responsable de establecer las mejores prácticas de fabricación a nivel mundial. También es la persona que formula la receta del vidrio y presta apoyo técnico a IVC, la mayor fábrica de vidrio del mundo.
Cuando escuchas su trayectoria de estudiante a líder mundial de procesos, te sorprende su humilde capacidad para buscar conocimientos y establecer las mejores prácticas poniéndose en el lugar de los demás.
Aprender a fabricar vidrio con gente de primera línea
Monica Pacheco is passionate about glass making and describes her fascination with the processes and the people who work on the front lines in the plants. A native of Colombia, Monica started her career with O-I Glass as a student with a six-month internship at O-I Zipaquira.
Tras licenciarse en ingeniería química, empezó a trabajar como técnico de laboratorio en O-I en Soacha (Colombia), que estaba a punto de experimentar un cambio significativo en su línea de productos. La transición de la producción de grandes volúmenes de botellas de vidrio ámbar para cerveza a volúmenes menores, pero de vidrio extrafino para licores y perfumes de gama alta, exigió la instalación de un laboratorio, algo que la fábrica de vidrio nunca había tenido.
Para una joven de 23 años, que acababa de salir de la universidad hacía apenas seis meses, la idea de entrar en la fábrica para contribuir a un cambio significativo era desalentadora.
«Trabajaba con hombres que llevaban más de 20 años haciendo el mismo trabajo, algunos 40 años. Y aquí estaba yo, esta mujer joven, pidiéndoles que hicieran cambios importantes en la forma en que estaban acostumbrados a trabajar», dice.
Con el apoyo de su jefe de planta, Mónica empezó a trabajar en la fábrica junto a los demás empleados. Desde su punto de vista, tenía sentido.
«La única forma de abrirme camino era trabajar con ellos para poder ver por mí misma, de primera mano, cómo hacían las cosas y entender no sólo cómo teníamos que cambiar las cosas, sino cómo tendría que explicar los cambios, para que tuvieran sentido».
A medida que entablaba relaciones con los demás empleados y observaba los procesos en marcha, empezó a ganarse su confianza y respeto. Mónica empezó a formar a los trabajadores de la planta en los nuevos procesos de producción de vidrio de alto nivel. Pasó con éxito a un puesto de supervisión como responsable de lotes y hornos dentro de la planta y, con el tiempo, implementó con éxito el crecimiento y estableció sólidas relaciones de colaboración con los empleados.
Una perspectiva global
Mónica pasó de nuevo a dirigir un equipo regional como científica del vidrio para América Latina. En ese puesto, era responsable de brindar apoyo a las plantas latinoamericanas de O-I, viajando a países como Perú, Argentina y Brasil, conociendo gente nueva y entablando nuevas relaciones laborales. Una vez más, Mónica empezó trabajando codo con codo con las personas cuyos retos necesitaba comprender para comunicarse eficazmente y ganarse tanto la confianza como el respeto.
«El puesto me abrió la mente a culturas y personas diferentes, así como a las innumerables diferencias de proceso de una planta a otra y de un país a otro», afirma.
Durante todo este tiempo, Mónica siguió aprendiendo y formándose para aumentar su base de conocimientos y su comprensión de a qué se enfrentaban los trabajadores en sus puestos de trabajo. A pesar de su aparente juventud, era experta en comunicarse con autenticidad y tenía por costumbre dar ejemplo y exigir responsabilidad a su equipo.
Mónica fue muy valiosa durante la adquisición en 2015 del negocio mexicano de alimentación y bebidas Vitro SAB. El movimiento impulsó las operaciones de O-I y añadió cinco plantas en México y una en Bolivia, todas ahora bajo la dirección de Mónica. Delegando sus funciones en su equipo, Mónica se marchó para volver a trabajar en las plantas, codo con codo con los nuevos empleados de O-I. Y una vez más, se enfrentó a trabajadores que llevaban muchos años en sus puestos y no estaban acostumbrados a recibir órdenes de una mujer joven.
«Sabía que al principio encontraría resistencia», afirma. «Y también sabía que, con el tiempo, trabajando con la gente, no sólo aprendería cómo hacían su trabajo, sino también los problemas y retos a los que se enfrentan», añade.
Mónica Pacheco ha utilizado este enfoque en todos los puestos que ha ocupado en O-I y ha creado una amplia red de contactos que valoran su dirección y la siguen.
Fomentar la credibilidad y el respeto
En la actualidad, como Ingeniera Global en Ciencia del Vidrio, es responsable de GMF en Ciencia del Vidrio y formula la receta del vidrio y proporciona apoyo técnico en ciencia del vidrio para Industria Vidriera de Coahuila (IVC)- la fábrica de vidrio más grande del mundo. Trabaja desde la sede de O-I en Perrysburg, Ohio, y ha adoptado el aprendizaje de la lengua inglesa como un aspecto más de su continua búsqueda por aprender y mejorar sus habilidades.
Hoy, su trabajo se nutre de cada uno de los puestos que ha ocupado en O-I y de cada una de las personas con las que ha trabajado. Dirige un equipo mundial dedicado a estandarizar los procesos y los materiales de formación para la fabricación de vidrio de O-I, un esfuerzo desafiante que le resulta inmensamente gratificante.
«Mi experiencia ha sido que trabajar duro al lado de la gente a la que diriges genera credibilidad y respeto. Dejas una marca personal sobre tu trabajo y tu comportamiento, y esa es la mejor manera de abrir puertas y oportunidades», afirma. «Siempre intento hacer mi trabajo con calidad y pasión. Al final, los resultados hablan por sí solos. No importa cuál sea tu nivel de experiencia o si eres hombre o mujer, o si eres joven o mayor», explica.
Y esa pasión, trabajo duro, sed de aprendizaje y respeto por los miembros de su equipo han posicionado a esta ingeniera química como alguien cuyo liderazgo proporciona un valor duradero a O-I y a sus empleados.